Mitos y Leyendas de Zitácuaro
Leyenda del Cerrito de San Miguel
La tradición refiere que allá en la oscuridad de los tiempos, existía una ciudad llamada San Miguel. Pero por razones de amor, una joven y hermosa muchacha, fue encantada por una bruja y su hechizo alcanzó a toda la Ciudad, cual fue cubierta por una enorme montaña que es conocida por el cerro de San Miguel. Hay quienes aseguran que el 29 de septiembre de cada año, en punto de las ocho de la mañana, se escucha el repicar de una campana dando la ultima llamada para misa (este servidor la escuchó hace muchos años). Bien, se dice que en una ocasión, un señor se encontraba en cerro por la mañana, por el reliz que se encuentra al viento sur y accidentalmente entro a una cueva que cubría una gran planta de tzurumuta en la puerta. Caminó hacia el interior y al poco tramo recorrido era una amplia calle empedrada y con casas a ambos lados. Se olvidó del lugar donde estaba y se internó a la ciudad. Llegó al centro donde había una lucida plaza con muchos puestos de vendimias, pues era día de fiesta y había mucha gente comprando cosas. Pasó todo el día muy distraído con las diversiones de la fiesta y ya por la tarde, decidió regresar a su casa. Compro una pieza de pan grande del estilo tinguindin y unos plátanos, entro al templo para despedirse y al salir del templo, una muchacha muy bonita le pidió que la sacara del pueblo cargándola en su espalda, se lo pidió como un gran favor, el señor que tenia poco mas de 40 años de edad, acepto. Ella le advirtió que la condición para tener éxito, seria no voltear la cara hacía atrás, viera lo que viera, escuchara lo que escuchara y al salir de la ciudad, él se convertiría en un hombre rico. Inicio la salida y comenzó a ver que la gente lo miraba con espanto; pero siguió su camino. Luego lo señalaban y corrían despavoridos. Después oyo que decían "....Miren, ese señor lleva un monstruo en la espalda;" el ya iba tembloroso cuando una señora le dijo ".....pero señor, la serpiente lo va a morder, mírela" el señor que estaba a punto de salir, volvió su rostro para ver el peligro a su espalda y la carga desapareció y salió de la cueva al monte del cerro. Llego a su casa y contó a su familia lo sucedido. Buscó en su morral el pan y los plátanos que había comprado y se encontró que era una majada de res (estiércol) y unos trozos podridos de madera. Dicen que el siguiente año, volvió a buscar la puerta de la cueva pero jamás la encontró. Sin embargo aseguran que un día será desencantada esa ciudad.
Usted Creé
Recopilación de: Antonio Zamora S.
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